Local Opinión

Radiografía del Poder

Daniel Alcaraz Gómez

🔹 Morelos, entre delincuentes y políticos de rapiña

🔹 Cuando se perdieron las reglas no escritas

La alternancia política y de partidos en el ejercicio del poder en el país, iniciada con el ascenso del PAN en el año 2000 —así haya sido pactada—, trajo consigo un empobrecimiento de la política y el arribo a cargos de cierta importancia en el organigrama gubernamental de personajes sin formación. Esto llevó a la pérdida de reglas no escritas.

Con anterioridad, un gobernador que concluía su periodo buscaba distancia del estado, por respeto a su sucesor. Si el gobierno federal le asignaba alguna otra responsabilidad, era ganancia. Pero existía honor, y se permitía que los nuevos gobernantes tomaran sus decisiones sin sugerencias. Eso incluía a los otros dos poderes: Legislativo y Judicial. Cabe reconocer que los panistas conservaron esas tradiciones políticas y se manejaron con cierta honorabilidad.

Fue a partir de la desafortunada llegada de Graco Ramírez, y luego de Cuauhtémoc Blanco, que las cosas se pervirtieron. Sin el más mínimo respeto, ambos mantienen las manos metidas, sobre todo en el Poder Legislativo y Judicial, conservando votos de poder para seguirse beneficiando.

El jaloneo que vivió hace poco el Tribunal Superior de Justicia mostró el ingerencismo, tanto del tabasqueño como del de Tepito. Claro, para que eso sea posible, se debe contar con morelenses traidores a su estado, vividores del presupuesto, a quienes lo que menos les interesa es el bienestar ciudadano. Lo mismo ocurre en la Cámara local de Diputados: un buen número de ellos fueron quienes impidieron que echaran de la Fiscalía a Uriel Carmona, colocado ahí precisamente por Graco para que le protegiera las espaldas.

Es ya necesario que esos dos buitres se alejen totalmente de Morelos y permitan a la gobernadora Margarita González Saravia desarrollar su proyecto de gobierno. Ya hicieron demasiado daño. Sin embargo, descaradamente se mantienen vía morelenses sin moral ni honestidad.

La esperanza es que, gradualmente, esas células que trajeron consigo grupos criminales como Unión Tepito, y que arraigaron aquí a cárteles como el CJNG, Los Rojos y Guerreros Unidos, se alejen para siempre y nos dejen en paz. ¿No lo cree?

Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona

Ver estadísticas y anuncios

Promocionar publicación

Me gusta

Comentar

Compartir

Puede que también te guste...