Daniel Alcaraz Gómez
Movilidad y Transporte, nomás no se puede
La administración de Margarita González Saravia ha caminado bien, podemos decirlo; la gobernadora hace el mejor esfuerzo por enfrentar los problemas de un estado que venía de dos sexenios de abandono y perversión. Sin embargo, no todo es armonía y trabajo: hay áreas que no han logrado engranar y necesitan de una intervención mayor y, sobre todo, sensata.
Vuelve a aparecer el enojo social, justificado por la operatividad de la Coordinación de Movilidad y Transporte; particularmente porque sigue siendo un negocio para quienes la manejan. El transporte público organizado está que truena, generando bloqueos para presionar y obtener respuestas.
La dependencia está a cargo de Jorge Toledo, quien tempranamente sustituyó a Josué Fernández, literalmente echado del cargo por actos de corrupción que, por cierto, no sabemos si se hayan castigado como corresponde, ya que en tres o cuatro meses se llevaron millones de pesos por extorsiones.
El caso es que nuevamente aparecen señalamientos de actos deshonestos, y la gobernadora ha tenido que salir apresuradamente a anunciar que ya se hará entrega masiva de placas, en un intento por contener la amenaza de los transportistas de bloquear la ciudad capital.
Indiscutiblemente, ella busca corregir las deficiencias, pero hace falta mucho más que eso. Hay un estancamiento en el proceso de toda clase de trámites: usted paga por servicios que no le dan, acaso una hoja membretada que no resuelve los requerimientos. Y eso sí, le sacan dinero por todo y, además, por su incompetencia, permiten la intervención de “coyotes” que se llevan otra lana por fuera, dizque por agilizar los trámites.
González Saravia tendrá que revisar a fondo lo que está pasando en Movilidad. Las acusaciones de corrupción llevan nombres y apellidos; o vuelve a dar otro manotazo en la mesa como con Josué, o la imagen —muy buena, por cierto— de su administración se irá manchando lentamente.
Quienes llegaron corrieron a todos los anteriores: personal preparado y calificado, que sabía hacer las cosas, y los sustituyeron por recomendados e inexpertos que aún no pueden con su responsabilidad.
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