Daniel Alcaraz Gómez
Arden los bosques en Morelos
La maña no tiene límites
Morelos es una de las entidades favorecidas por la naturaleza, un alto porcentaje de su Producto Interno Bruto tiene su origen en ella, ya sea a partir de los cultivos en cerca de 60 mil hectáreas al sur poniente de la ciudad, o por el usufructo de parques recreativos – balnearios – que, particularmente en esta temporada de calor, se ven favorecidos por los visitantes.
El agua que se genera en la zona boscosa al norte del estado, desde Huitzilac hasta Tetela del Volcán, es una fuente generadora de riqueza incalculable, más allá de que alimenta con el indispensable vital líquido a la ciudadanía, de ahí la trascendencia de nuestros bosques, que, sin embargo, vienen sufriendo un detrimento sin precedentes por parte del ser humano y hoy día, específicamente en Huitzilac, enfrentan la destrucción por parte de grupos organizados de la delincuencia que lo mismo violan, secuestran, roban autos o talan árboles en pleno desarrollo.
El tema viene al caso porque la gobernadora Margarita González Saravia hizo entrega de equipo para el combate a los incendios forestales, además de anunciar la adquisición de un helicóptero equipado para los mismos fines y una pipa. Pero lo preocupante fue que, en su mensaje, dijo que se tienen datos respecto a que la mayoría de los 10 incendios activos en estos momentos han sido provocados intencionalmente.
Buenos se cuenta con información en el sentido de que esos grupos delictivos en Huitzilac no permiten el acceso a los combatientes de incendios cuando se requiere, bajo amenaza de muerte; o sea, son ellos los que le prenden fuego al bosque para después llevarse la madera, en alto porcentaje, a aserraderos que se ubican en Tlalpan, en la Ciudad de México.
Pero todo indica que algo así pasa también en el resto de los municipios con bosques. Lo anterior es muy doloroso, porque se están acabando esos pulmones naturales que a Cuernavaca le han dado un clima singular que es un atractivo turístico. Las autoridades estatales y federales deben emplearse a fondo si se quiere medio controlar el asunto, porque algunos ayuntamientos, sobre todo Huitzilac, son parte de las células mañosas y abonan en la destrucción.
No hay otra forma de remediar el problema que no sea el uso de la fuerza, pero hasta ahora, como que a las autoridades les tiembla la mano. En Huitzilac, sólo una acción contundente como el operativo “enjambre” desarrollado en el Estado de México podría desmantelar las peligrosas bandas; ello provocaría un enfrentamiento de reservadas consecuencias, pero no vemos otra solución. ¿Usted qué opina?

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