Radiografía del Poder

Daniel Alcaraz Gómez

La ambición de dinero y Poder han llevado al Tribunal Superior de Justicia a una parálisis que amenaza con prolongarse, pues ahora la silla del presidente se dirige en instancias federales. Lo menos que les importa es la impartición de justicia, tanto Jorge Luis Gamboa Olea como Juan Gabriel Vargas Téllez, quien quiso dar madruguete, quieren el control por razones personales y de grupo.

Penoso espectáculo el que vienen dando y en efecto, todo indica que la mano del ex gobernador Graco Ramírez y del ex fiscal Uriel Carmona está detrás del golpe que se intentó, pues entre los magistrados que apoyan a Juanga se encuentra la esposa de Uriel y otros familiares incrustados en el Poder Judicial.

Y sí estoy es así, la idea es adelantarse a posibles sucesos relacionados con procesos legales en contra del tabasqueño y del ex notario por actos de corrupción o para contar con mayoría si alguno de sus enemigos políticos cae en sus manos, proceder sin problemas. El caso es pues que vienen enseñando el cobre de forma descarada.

Pero suponemos y así debiera ser, que los conocedores del derecho ya deberían haber levantado a la mano, haber hecho un análisis profundo respecto a la razón o sin razón de los rebeldes y vertir sus posiciones ante los medios de comunicación. Son los garantes del estado de derecho y están obligados a exigir cordura y a condenar estás acciones fuera del orden.

Uno o dos abogados, como Juan Juárez Ricas o Enrique Paredes han dado opinión al respecto. ¿Y las barras, colegios y asociaciones de abogados dónde están? ¿Por qué guardan silencio en su mayoría?

Deber velar por el estado de derecho y hasta llamar a una movilización de protesta contra esos vividores del tribunal.

Igual con el Congreso local, ellos son los que han incluido en el nombramiento de algunos magistrados y pareciera que también son parte del conflicto, no de la solución.

Sí por lo menos en el caso de Francisco Erick Sánchez Zavala; se dice que el tal Juan Gabriel tiene alguna relación con el de Yecapixtla. Esto no puede seguir así con la complacencia de actores que tendría que estar buscando soluciones.